miércoles, 11 de enero de 2012

LA CORPORACIÓN: ANÁLISIS DE NUESTRO MUNDO. PARTE V.

Ver antes parte I , parte II, parte III y parte IV.


E
n esta quinta parte de La corporación vamos a referirnos a la lucha por las patentes genéticas, lo que nos va a guiar a la ocultación y manipulación de la información por los medios de comunicación.

El documental denomina esta sección Avance del frente, cargando de tinte bélico la actividad de las corporaciones, las cuales, al ver que nadie les pone límites morales, los cruzan envalentonados. Esto me lleva a reflexionar sobre la gran culpa que tenemos los ciudadanos de a pie por hacernos los sordos y ciegos.







Comienza el documental con los comentarios de Jeremy Rifkin sobre el caso Chacrabarty como un ejemplo del envalentonamiento de las corporaciones y la falta de moral.

Nos explica que fueron a la Oficina de Patentes para patentar como propia una bacteria que devoraba los vertidos de plomo, afirmando que la habían modificado <<y, por tanto, era una invención>>. Esto da bastante miedo, puesto que ya estaban patentando, intentándolo al menos, seres vivos existentes como propios. ¡Estaban iniciando la privatización de los seres vivos! Y quien empieza por ahí… extenderá su interés de posesión a seres mayores.

El caso fue que la Oficina de Patentes y el Gobierno consideraron que los seres vivos no eran patentables, por lo que desestimaron la petición. Hasta aquí bien, porque pretenden cortar una catástrofe. Sin embargo, ese envalentonamiento del que ya hemos hablado llevó a la corporación a ir más allá: recurriendo al Tribunal de Apelación, que, sorprendentemente (para mí que hubo un donativo cuantioso a dicho Tribunal, o era totalmente estúpido o ambas a la vez) consideró que eso no era un ser vivo (no fueron a clase de Biología ese día) y, que por tanto, era patentable.

Esta inepta decisión abriría la veda al ruin mundo de la corporación para ir más allá y luchar por privatizar y hacer propios seres vivos, incluyendo los genes de los seres humanos. Le recuerdo, querido lector, que los primeros en hacer clonaciones fueron los nazis, que fueron acogidos en EEUU. ¿No le ha recorrido un escalofrío? Seguro que su elevada moral le ha provocado tal sensación.

La consecuencia, por tanto, fue que se hizo legal (no siempre la legalidad se basa en la moralidad) que se patentasen seres originados en laboratorio (es decir, si descubre los genes que da lugar al caballo, puede patentarlos y hacerlos de su propiedad para venderlos) menos un ser humano completo. ¿Cómo que completo? No debería ganarse dinero a costa de ningún gen de ser humano (ni de ninguna criatura, por supuesto). Visto lo visto, si hasta hace unos años no se podía privatizar seres vivos y ahora está permitido, con la excepción de un ser humano completo ¿quién afirma que dentro de poco no haya una nueva ley que posibilite a las corporaciones a crear seres humanos en laboratorios y hacerlos propios?

Esto es llevar al extremo el caso que se vio sobre la canción de Cumpleaños feliz. Si había que pagar una millonada por emplearla, imagínese, estimado lector, el dinero que se podría pedir a los Estados u otras organizaciones por el encargo de seres humanos destinados a la guerra, esclavitud, etc. Seres humanos sin vida plena, dominados por unos tiranos que solo desean ganar dinero. ¿Qué mundo estamos construyendo? ¿Hacia dónde vamos?

A esto se suma que las empresas que compiten entre ellas en todo el mundo como en la época de la fiebre del oro, patenta los genes de diferentes enfermedades: cáncer, fibrosis quística, etc. Lo que conduce no a la idea de que pueden curar dichos males, sino a venderlos para que se expandan en ciertas sociedades ya sea por causas bélicas ya para ganar dinero mediante las farmacéuticas, como ocurrió en el caso de la gripe aviar.

Así como advierte Jeremy Rifkin, en las sociedades humanas va a haber dos tendencias de pensamiento: la que apuesta por el valor de la vida frente a la que considera que es <<algo comercial>> con lo que ganar dinero.

Todo esto se une con el Anexo de verdades y la pregunta que hace la voz en off: <<en el mundo de la economía, en la que la información nos llega filtrada por las multinacionales de los medios de información y por los poderosos anunciantes, ¿quién defenderá nuestro derecho público a saber y qué precio deberemos pagar por conservar nuestra capacidad para tomar decisiones bien informados?>>.

De esta cuestión se infiere que no podemos fiarnos de los medios de comunicación de masas, que están controlados por unos pocos que dictaminan qué se dice y cómo –sí, como en la época de Franco, pero de manera oculta, haciéndonos creer que la información que recibimos es sincera-. De manera que realmente no tenemos información fidedigna para elegir bien nuestro camino.

Si no sabemos extraer las mentiras, falacias y medias verdades de los medios de comunicación (unos más que otros, como el conocido caso de Telemadrid, que aún engaña a miles de incautos madrileños), no tomaremos decisiones acertadas. Por ello es importante conocer los medios de los que se sirven para manipular a fin de detectarlos y no convertirnos en una marioneta de unas corporaciones y empresas (en los que se incluyen algunos políticos) que acepten actos perjudiciales para la sociedad como algo positivo e inevitable. A ver si terminamos con la tiranía, la ignorancia y la abulia.

El ejemplo del poder controlador de los medios de comunicación es el que nos ponen Steve Wilson y Jane Akre, pues no todos los periodistas –peones de una mano más poderosa- dejan ningunear su moralidad. Estos dos periodistas fueron contratados por la Fox para hacer un programa de investigación (le recuerdo, lector, que en EEUU, la Fox no es solo el canal de series que llega a España, sino también de noticias). Emocionados y entusiasmados crearon el vídeo de promoción que les pidieron. Uno de los primeros reportajes se basa en el descubrimiento de que la leche estaba adulterada (como muchos de los alimentos que damos a nuestro hijos) por la hormona del crecimiento bovina que se da al ganado para producir más cantidad de leche y, por tanto, más ganancias (siempre el siniestro villano de la avaricia).

La corporación a la que se refieren es Monsanto, dedicada al mundo alimenticio, que controlaba especialistas, público y reguladores estatales para “convencerlos” de que era un producto sano, a pesar de estar vendiendo todo lo contrario.

Personalmente, me llama la atención que el estudio hecho al producto relacionado con la hormona del crecimiento lo hiciera la propia corporación y que no pasara por el filtro de expertos de una institución estatal. Así, en el informe podrían –sabiendo lo morales que son…- colocar los datos que quisieran. Es en Canadá – bastante más preocupada por su sociedad- donde se hacen investigaciones en las que descubren las consecuencias de dicho producto. De modo que se descubre que esa hormona es absorbida por el cuerpo humano produciendo, más tarde, graves enfermedades, entre las que se encuentra el cáncer.

Se hace público que se llevaron a cabo presiones por parte de esa corporación para aprobar dicho producto en Canadá. Pero, como advierte Jane Akre, el Gobierno de EEUU no rectificó ni hizo comprobación que antes no había llevado a cabo.

Con este material, los periodistas hicieron un reportaje con la intención de informar a la sociedad. Sin embargo, recibieron la amenaza de la corporación Monsanto mediante una abogado.

Una semana después volvieron a atacara, amenazando directamente a la cadena, que tembló ante la posibilidad de perder el dinero de toda la publicidad de dicha corporación.

Como siempre, como en las novelas por folletines del siglo XIX, le dejo en lo más interesante, querido lector.

Espero que nos reencontremos en el siguiente y último artículo sobre este interesante y espeluznante tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.