lunes, 5 de marzo de 2012

RETAZOS DE LA VIDA DE ANTONIO MACHADO: II PARTE.

 Leer antes parte I.

Habíamos dejado  a Antonio Machado con la publicación de su primer libro de poemas: Soledades.

En Granada, nuestro poeta se reencuentra con Valle, que está en la ciudad para asistir al estreno de una adaptación que ha hecho de Andrea del Sarto. La obra resulta un éxito que le procura el aplauso repetido del público.

Mientras, aunque la publicación de Antonio Machado no parece haber tenido éxito entre el gran público, en el grupo produce gran admiración. Así, Juan Ramón Jiménez dice en  su reseña en El País: Creo que no se ha escrito en mucho tiempo una poesía tan dulce y bella como la de estas cortas com­posiciones, misteriosa y hondamente dichas con el alma.

El joven Antonio Machado manda una copia del libro a Unamuno. Tras el intercambio de unas cartas, el filósofo, poeta novelista y dramaturgo noventayochista responde a Antonio mediante Helios, revista de Juan Ramón Jiménez. El joven poeta, halagado, contesta en El País. Comienza, así, la fuerte relación con el maestro.

En la revista antes mencionada también publica nuevos poemas de Machado.

En 1904, muere la abuela de Antonio y Manuel Machado, empeorando la situación económica de la familia. De modo que Antonio piensa en prepararse para unas oposiciones al Banco de España, pero no llega a hacerlo.

En ese mismo año desaparece Helios, pero surgen otras donde nuestro poeta seguirá publicando sus versos. Los unirá todos en Soledades. Galerías. Otros poemas, libro publicado en 1907. En esta obra se sigue viendo la introspección y el simbolismo, pero la influencia de Unamuno parece comenzar a hacer mella y empieza a crear una poesía en la que incluye a la sociedad. Se está gestando Campos de Castilla.

Giner de los Ríos lo convence para que se presente a las oposiciones a cátedra docente. El poeta las saca y decide Soria como destino, donde impartirá francés. Allí descubre un lugar devastado por la emigración. Van surgiendo los primeros versos que formarán el conjunto de Campos de Castilla.

A principios de 1908 el diario El Liberal presenta la iniciativa <<Poetas del día>> apostando por la poesía contemporánea española. Entre los autores, encontramos a  Antonio Machado cuya fotografía acompaña <<Retrato>>.

En Soria, va colaborando con el periódico local Tierra Soriana sobre todo. A pesar de todo no está hecho  a la vida provinciana y añora Madrid. Cuando se entera de que hay una cátedra vacante en la capital, pide participar en las oposiciones. Sin embargo, parece que al final no oposita. ¿Se habría cruzado ya por su camino Leonor Izquierdo?

La muchacha cuenta con casi quince años (lo legal para casarse en la época), coincidiendo con la edad con la que la hermana del poeta había muerto. La timidez de Antonio Machado lo lleva a emplear unos versos amorosos para que ella los encuentre.

La boda se celebra el 30 de julio de 1909, siendo acompañada por acciones desagradables de hipócritas de férrea moral: ¡un hombre de treinta y cuatro años y una niña de 15! Las hostilidades persiguen a la pareja durante el año siguiente, por lo que Antonio pretende marchar de allí. Así que pide una beca de estudios en París, donde viaja para estudiar Filología francesa. En la capital francesa se reencuentra con Rubén Darío, que es director de Mundial Magazine y elegancias, revista donde aparecen publicaciones de Amado Nervo, Lugones, Valle, Manuel Machado e, incluso, Galdós (este hombre estaba en todo, un genio). Allí aparecen algunos de los poemas que Antonio Machado reunirá en Campos de Castilla. Pero el poeta no se siente totalmente cómodo con ese París de  vanguardias.

Leonor enferma (hemoplisis) en el momento en el que París celebra la fiesta nacional, de ahí que Antonio no halle médico. La muchacha tiene tuberculosis, mal usual en Soria.  Machado sintió la enfermedad como un rayo en plena felicidad. Los médicos aconsejan a la pareja que vuelvan al cálido clima soriano, pero el poeta no tiene dinero para el viaje. Es Rubén Darío quien les da, con premura,  ese dinero. Llegan a Soria a principios de septiembre de 1911. La salud de su esposa empeorará con el frío invierno soriano.

En este ciclo de tristeza asoma un rayo de luz: su hermano Manuel triunfa con Cantar hondo.  Los dos poetas comienzan a colaborar estrechamente con un nuevo periódico madrileño: La Tribuna.

En abril de 1912 aparece Campos de Castilla, con el que consigue éxito de ventas y recibe el halago de Unamuno, que afirma de Machado haber conseguido introducirse en las reconditeces del alma humana.

La obra da pie a Azorín para escribir en Abc sobre el paisaje en la poesía española. En los Lunes de El Imperial, Ortega observa que Antonio Machado aúna lo aprendido de Rubén Darío con su propio yo y afirma: Yo encuentro en Machado  un comienzo de esta novísima poesía, cuyo más fuerte representante sería Unamuno si no despreciara los sentidos tanto...

Con todo, el poeta no puede empaparse por la alegría de tal buena recepción de su obra, pues Leonor, con dieciocho años, muere. Abatido, Antonio Machado marcha a Baeza. Pero no se espera lo que va encontrarse:

Esta tierra es casi analfabeta. Soria es Atenas compa­rada con esta ciudad donde ni aun periódicos se leen. Aparte de esto, que es suficiente y aun sobrado, la gente es buena, hospitalaria y amable. Las únicas preocupaciones son aquí la política y el juego; inquietudes espirituales, no existen; afán de cultura, tampoco. Esa pequeña Soria tiene, a mi juicio, una inmensa superioridad espiritual sobre esta ciudad, no obstante existir aquí elementos de riqueza que ahí se desconocen. No hay un solo periódico local, ni una biblioteca, ni una librería, ni aun siquiera un puesto de pe­riódicos donde comprar los diarios de Madrid.

Le emplazo, lector, al próximo lunes para continuar este retazo de la vida de Antonio Machado.

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