lunes, 14 de mayo de 2012

CENTENARIO DE LA MUERTE DE STRINDBERG.


Hoy hace cien años que murió el escritor sueco Johan August Strindberg. Es considerado el dramaturgo que preludia el teatro del absurdo y el expresionismo.

Nace en Estocolmo el 22 de enero de 1849. Es un niño inteligente que sufre varios traslados de hogar y de colegio, pero lo que lo marca especialmente es la muerte de su madre. Sin embargo, su padre se casa pronto con la institutriz. Una gran discusión hará que  nuestro autor se aleje de casa para no volver a ver jamás a su progenitor. Los problemas de su infancia, por tanto, dejaron una huella tal que marcaron su futura obra.

Trabaja ya desde su época de estudiante en una farmacia, aunque, posteriormente se dedicaría a la tarea educativa, entre otros quehaceres laborales. Sin embargo, su interés por la ciencia, lo hace entrar en el Instituto Tecnológico de Estocolmo con la intención de prepararse para Medicina, pero no tiene el resultado esperado.

Así que entra en la Universidad de Uppsala  para centrar sus conocimientos en Estética y  Lenguas modernas. Es en este momento cuando su vista se pone en el teatro.


Sus primeros dramas giran en torno a un hecho histórico y emplean un estilo cercano al pueblo. Tenemos, por consiguiente, obras de estilo naturalista (posiblemente bajo la influencia de Dickens) tanto en el teatro como en la novela. Ejemplo de ello lo encontramos en La habitación roja (1879), novela donde describe el círculo intelectual de su ciudad. La obra tiene gran éxito, lo que lo anima a seguir escribiendo, pero la crítica satírica contra personalidades del país provoca su expulsión. Esto –junto a su paranoia- motiva las tensiones en su matrimonio, provocando el divorcio. Este hecho, junto a la extensión de la corriente feminista lo llevan a tomar una actitud misógina, que se hace patente en textos como Esposos o La Señorita Julia.

 Suele afirmarse que lo sigue una etapa socialista con base en Rousseau; mas destaca la siguiente, surgida por el influjo que ocasionó un intercambio de cartas con Nietzsche. De tal modo que adopta la idea del superhombre tanto en su teatro (Paria, de 1889) como en narrativa (A orillas del mar libre, 1890).
Sin embargo, lo sigue un momento de espiritualidad con el estudio de la teosofía, que ocasiona obras maestras tales como La danza de las Muerte.

Curiosa es Infierno –para algunos su mejor escrito- donde analiza la psicología anormal y las imágenes paranoicas que lo persiguen especialmente desde su segundo divorcio.

Ante todo hay que tener en cuenta que sus dramas se dirigen a un reducido público, especialmente escritas para el teatro Íntimo creado junto con Falk unos años después de su tercer divorcio. Esto se debe a su aire renovador lejos del gusto de la burguesía que controla Europa en ese momento. Con todo, sus obras cobran gran importancia en ese teatro soterrado influyendo en autores como Pirandello, O´Neill, Kafka  y Tennesse Williams gracias a la renovación tanto en la técnica como en la temática.

Prueba de su relevancia, a pesar de su personalidad estrambótica y su rebeldía social, es el hecho de que a su funeral (muere el 14 de mayo de 1912) acudieron unas sesenta mil personas.






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