lunes, 25 de junio de 2012

PUESTA EN ESCENA DEL TEATRO DE MIGUEL HERNÁNDEZ




En estos meses estamos celebrando el aniversario de Miguel Hernández honrándolo con una serie de entradas relacionadas con un Congreso que se dio en el año 2002.
Hoy vamos a recordar la conferencia titulada: “puestas en escena del teatro de Miguel Hernández”, impartida por don JESUCRISTO RIQUELME. Se inició con una cita de J. Bergamin en la pantalla:
            a veces comprometerse es lo que suele
comprometer
por eso la mejor manera de no
comprometerse es estar ya
comprometido.
En arte, como en todo, hay que empezar
Por comprometerse

Miguel Hernández tuvo gusto por el teatro, tanto por el poético (poeta metido en teatro) como por el político y comprometido. Sin embargo, todo él puede entenderse ideológicamente, ya sea política como humanamente. Las puestas en escena han sido determinantes.
La exposición de don Jesucristo Riquelme estaba muy bien estructurada en tres partes: contexto del escritor (años 30 y 40), presidio español (años sesenta) y actualidad.
En el primer apartado, nos habló de cuatro etapas de M. Hernández: etapa de Orihuela, con la creación de su auto sacramental; etapa de transición, con Hijos de la piedra; etapa de la Guerra Civil, con la creación de teatro de guerra; etapa carcelaria, donde no pudo escribir ninguna obra.

En un primer momento, con el auto sacramental, relaciona el teatro con virtudes neocatólicas que le infunde su amigo Ramón Sijé. Obra que se pretende poner en escena con el mismo divertimento escénico que en el Barroco; pero también hay gran influencia del cine y su imaginación plástica a partir de la Biblia.
Pero la muerte de Ignacio Sánchez Mejía llega, dando lugar a que nuestro autor hiciera una obra donde reflexionaba sobre la muerte. No era una obra política, sino, más bien, intimista. Será una argumentación taurina sobre la soledad, abandonando el catolicismo.
Después pasará a un teatro rural (dos obras), basándose en El alcalde de Zalamea, de Calderón. En ese momento el enfoque resultaba distinto que en el auto sacramental, pues ya parte de abajo a arriba. Se presentan a unos jornaleros buenos; ya no lo es el patrono, como lo había sido en el auto sacramental. Se centra  en un teatro de revolución, y considera que el de Lope lo era. Así presenta Hijos de la piedra como una acusación del dirigismo que hace de la clase obrera la derecha.
Con su teatro de urgencia muestra una visión partidista, apoyando la causa republicana.
M. Hernández procuró estrenar en vida y hacer propuestas escénicas. Primero lo leía a sus amigos, pero su teatro no tuvo éxito en Madrid porque aparecían numerosos personajes.
Curioso es que su evolución teatral fue de derecha a una ideología de izquierdas, pero  en su recuperación ocurre lo contrario, despolitizándose.
La conferencia concluye con una cita de Monseñor O. A. Romero, arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980, que dice así:
            La justicia es
como las serpientes: sólo muerde


Para saber más:



Leer también:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.