sábado, 17 de noviembre de 2012

CRÓNICA DE LA PRESENTACIÓN DE “EL REY TRASGO”




Mi viaje comienza bajo una lluvia fina, intensa. Espero al autobús deseando que no tenga horario festivo. Parece que, a pesar de la Almudena, no es así. Las seis y el cielo ya está oscuro.

Tras un aburrido trayecto -¿para cuándo el teletransporte?-, el autocar llega a su destino. Correría para coger el metro, pero ya me he vuelto a torcer uno de mis endebles tobillos.

Me siento en uno de los vagones. Vaya, se me ha olvidado el libro. Levanto la mirada, que se topa con un cartel que indica O´Donnell. Una lucecita se enciende en mi cerebro: ¿no ponía en la información que el local estaba cerca de Goya y O´Donnell? Uno con trasbordo; el otro, no. Mmmm… Bajo aprisa.

Espero ser capaz de encontrar el local. Una preciosidad de nombre -LasNieblas de Ávalon, que lleva recordar uno de mis libros preferidos- me da un toque de atención. Aquí es. Entro. Es un lugar amplio. Resulta ser una escuela de danza ¡Genial!

Me siento en la barra. Me atienden unas chicas amabilísimas. Con mi zumo de piña sólo me queda esperar que empiece.

Un poco tarde para alguien que depende del transporte como yo, comienza la presentación de El Rey Trasgo.

Alberto indica que no ha planificado la novela, que la base fuera el trasgo. A lo largo de los años diferentes ideas se habían cruzado en su mente sin construirse una historia, sin encontrar un hilo en común. Sin embargo, irrumpe la figura del trasgo. Y todas aquellas antiguas ideas cobraron sentido. A partir de una figura solitaria, loca  que vive aislada en una cueva y que espera el momento para rehacer – a su manera- el mundo que observa desde las cenizas se va estructurando la montaña, los países y el mundo literario.
A pesar de ser el pilar, no se le dedican numerosas páginas. Está en la sombra.

A Alberto Morán se le plantean la siguiente pregunta: ¿sobre qué iba a escribir? Lo que lleva a interrogarse sobre cómo puede definirse la obra. Para él resulta una  saga de fantasía épica, pero con matices.
Sí, es una saga, pues constituye una gran historia que hace preguntarse ¿y qué pasa después? Mas el autor también tiene la intención de que cada volumen tenga un sentido completo, cierta autonomía.
Pertenece a lo que se suele llamar fantasía en tanto que el hombre vive junto a otros seres. Con todo, esta obra se centra en los ciudadanos, que habitan el mundo. Me recuerda, en cierto modo, a lo que Unamuno llamaba intrahistoria.
Alberto Morán

Además pertenece a la épica, pero héroe no es ese ser perfecto y glorioso de los clásicos. Sí, hay batallas, mas los hombres avanzan a ella con miedo.

A continuación, se cuestiona el tono y la ambientación que desea dotar a su novela. Y resulta que en ella hay terror, batalla, pero, sobre todo, es una novela de personajes; es decir, de lo que los mueve y cómo son. Me parece un análisis, más o menos profundo, del ser humano desde un aparente prisma de fantasía. Como puede verse resulta un texto completo y de gran significado.

Respecto a la organización de la obra, ésta se estructura en torno a dos tramas: por un lado, la ciudadela; por otro, la montaña.
La ciudadela es una fortaleza construida sobre sangre de diferentes civilizaciones. Surge de la nada como una roca flotante. Todos quieren habitarla hasta que tres naciones lo consiguen. Descubren que dentro de esa roca existe un corazón de fuego. Una poderosa arma que desencadena una guerra.
Uno de los protagonistas vive aquí. Comienza ilusionado, pero primero pierde un brazo, es traicionado…Así que es un personaje que va evolucionando en base a su dolor.

En cuanto a la otra trama, la de la montaña, tiene como uno de los personajes relevantes un escriba  que investiga la muerte de su madre con la ayuda de un amigo. Ambos descubren un diario. Al leerlo, comprenden que conservar la vida a veces es más importante que la humanidad. Además, existe otro hallazgo: la oscuridad que habita en el interior de la montaña. Allí observa y espera el trasgo.

Toda la obra tiene como fin buscar aquello que mueve al ser humano. ¿qué lo hace amar, odiar, despreciar o rendirse? Es, como ya se advertía, una historia de seres humanos.
Y con todo esto, se pone a escribir para terminar nueve meses después.

Tras conseguir el apoyo de la editorial, se puso en contacto con la ilustradora (Bárbara Hernández). No quería el típico fortachón en su portada, sino que se representara ese mundo oscuro, donde la esperanza alumbra con tenues rayos.  Así que buscaba a un ilustrador que utilizara símbolos y que para ello empleara la técnica de la tinta. De este modo, una vez leída la obra, se puede volver a contemplar la portada y comprender dicha simbología.
Un mundo oscuro y terrible e el que podemos vernos reflejados: temores, odios, esperanzas.

A continuación comienza el turno de preguntas.

Una de las cuestiones se refiere al sistema de lucha que se emplea y si se basa en la esgrima. Aquí, Alberto Morán muestra que investiga para hacer su mundo literario lo más lógico posible. Nos recuerda que en el Medievo se lucha con espadas a dos manos, pero que se sigue –a diferencia de lo que se hace ver en las películas- la disciplina de la esgrima. Para poder describirla adecuadamente, comenzó a hacerla él.

El caso es que en torno a esta disciplina guerrera gira toda una filosofía que ha de tenerse en cuenta para perfilar el comportamiento de las naciones.

Otra de las preguntas que se hace al autor es cómo ha sido su experiencia con una editorial joven. El autor indica que ha tenido absoluta libertad para idear la ilustración y que aprecia el cariño con el que se trabaja para que el “continente engrandezca el contenido”. Y aseguro que es una edición preciosa.

 ¿Cómo recibe la crítica? Es otra de las cuestiones. A lo que Alberto confiesa que son mejores que lo que esperaba, pues es su primera novela y la primera vez que solemos llevar a cabo algo no suele ser la mejor. Además observa con cuidado qué es lo que le indican los críticos, pues hay una serie de elementos que son básicos para dotar de calidad a una obra, mientras que otros dependen de los gustos.

La extraordinaria portada realizada por Bárbara Hernández
También se pregunta si a cada nación la identifica con una real. La respuesta es que todo está bajo la oscura sombra de lo medieval, menos un lugar de base renacentista. Además, aquí se hace una serie de preguntas como: ¿en qué se hubiera convertido Afganistán si siguiera la influencia persa y helena de Alejandro Magno? De modo que se hace patente que este autor busca siempre el origen y las causa que expliquen los comportamientos y pensamientos (¡me encanta!).

¿Cuándo escribe, hay fuga donde se presenta la personalidad, conocimientos y lecturas propias? Es una pregunta que tiene una respuesta bastante obvia con lo que ya se viene diciendo ¿no?

Además se le pregunta sobre la magia y la religión.  El autor indica que hay un mundo de magia, el de las Hadas, un reino inmaterial. Para llegar allí, los humanos abren los siete sellos y toman algo de magia. La moldean. Para ello ha de trabajarse mucho. Sin embargo, hay otro camino más corto: el de la nigromancia. Son parias, cadáveres, seres que pierden la humanidad, pero todo por algo.

Respecto a la religión, Alberto advierte que no es monoteísta, pues quiere responder cómo sería un mundo sin una religión imperante. El mundo es sembrado por distintas religiones que imprimen cierta personalidad a los personajes. A esto se suma que no existen las guerras por religión.

¿Y los nombres? Tienen características según la nación de procedencia, una sonoridad diferente basada en el griego, alemán, latín, bizantino. De modo que un nombre oculta la cultura y la historia de ese país.

¿En qué tipo de trasgo se basa el de la obra? ¿Celta? ¿Germano? El rey trasgo presenta clara influencia de los trasgos germanos, hechiceros. Los de la obra, en cambio, están conectados con la magia, pero no saben cómo utilizarla. Hasta que uno descubre cómo hacerlo. Además, presenta la curiosidad de un niño que se pregunta ¿cómo será por dentro…?

A pesar de lo que se ha comentado de los nombres inventados, aparece un antropónimo reconocible: Tobías. ¿Por qué? El autor indica que es un personaje humano que tiene el papel de guiar al lector, de modo que le interesa que éste se identifique con él.

Alberto ha confesado antes que comenzó escribiendo la historia del trasgo, pero que eso no funcionaba hasta que se había dado cuenta que es un personaje que se intuye, que actúa en la sombra. Por eso uno de los asistentes pregunta que cómo habría sido la novela si hubiera girado en torno al trasgo. La respuesta del autor es clara: un bloque de cemento.

Esto conduce a otra cuestión: ¿cómo es físicamente el trasgo? Pero el novelista  advierte: quiero que se lo imagine (el lector). Su rostro será el que el lector ponga. Por eso era tan importante que de todo el grupo de ilustradores (cinco) ninguno dibujara su rostro.

Se pregunta también sobre el brazo mecánico de un de los personajes. Invento que está tomado de la realidad y que ha sido muy bien estudiado tanto por el autor como por el ilustrador que se ha encargado de presentar ese personaje.

Por último, se interroga al autor sobre las bestias que aparecen en la novela. Hay pegasos, grifos…pero no dragones, que sólo aparecen en los cuentos que leen y escuchan los personajes. A esto se suma que esos seres ya estaban ahí cuando aparece el ser humano, que, en su arrogancia, cree poder doblegarlos. Con algunos está en lo cierto, pero con otros…

Además ha tenido que tener en cuenta que existan muchas bestias de tipo aéreo da lugar a una forma de defensa diferente. Pero con lógica y nunca convirtiéndolo en un video juego.

De izquierda a derecha: los ilustradores
 Juan Díaz y Bárbara Hernández junto al autor
de El Rey Trasgo: Alberto Morán
Aquí termina el turno de preguntas y comienza el encuentro con dos de los cinco ilustradores. BárbaraHernández y Juan Díaz nos explican como llegaron a formar parte de ese grupo y los entresijos de su labor hasta llegar a la magnífica portada y a la representación de uno de los protagonistas teniendo en cuenta su personalidad.

Tras esto se inicia el momento de las firmas. Alberto Morán es un autor detallista no sólo en la investigación de la materia que va a dar luego forma en su novela, también hacia sus lectores, a quienes dedica su tiempo.

Como podéis comprobar una obra de calidad, de profundidad humana con la apariencia de la fantasía épica. Un buen regalo para Navidad.


Para saber más:



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