lunes, 13 de mayo de 2013

170 AÑOS DEL NACIMIENTO DE BENITO PÉREZ GALDÓS

Benito Pérez Galdós
El viernes se cumplieron ciento setenta años del nacimiento de uno de mis autores preferidos y que -salvando las distancias- han influido en mi forma de escribir: Galdós.


Benito Pérez Galdós ( Benito María de los Dolores Pérez Galdós) nació el 10 de mayo de 1843 en Las Palmas de Gran Canaria. Fue el décimo  dentro de una familia complicada, pues su padre era coronel y su madre, de gran carácter, era hija de un miembro de la Inquisición. Lo mandaron a Madrid a estudiar Derecho (carrera a la que faltará con asiduidad cuando descubra el mundo literario). Allí contactó con Giner de los Ríos -fundador de la Institución Libre de Enseñanza-, quien lo animó a escribir (aunque ya había participado en la prensa canaria) y a acercarse a la filosofía. Le abrió un camino que influiría enormemente tanto en su creación novelística como teatral: el krausismo.

En ese tiempo entra a formar parte del círculo literario que se reúne en el Ateneo. Es allí donde va a conocer a Clarín, entonces ya importante crítico literario.

El tímido escritor colaboró en La Nación (1865), El Debate (1868), Revista de España (1871) y La Ilustración de Madrid (1872).

En 1967 hizo su primer viaje al extranjero. Fue a París por la Exposición Universal. Allí contactó con las obras de Balzac.
 Al año siguiente fue partidario de la revolución que destronó a Isabel II. Llegaría a ser elegido diputado liberal, aunque parece que su timidez lo alejaba del mundo de la política.

En 1871 publica su primera obra La Fontana de Oro, donde ya se adentra en el análisis de la historia cercana de España. Y esto va a llevarlo a iniciar los Episodios Nacionales, 1873 - 1907, como un intento de comprender su mundo contemporáneo desde las decisiones tomadas en la Guerra de Independencia.

Mientras continuaba yendo a las tertulias del Ateneo, donde conocería a numerosos autores que ahora conocemos como realistas (de los dos grupos: tanto los conservadores como los progresistas). Y comienza su etapa de novela de tesis, donde destaca Doña Perfecta (1873).

Con la publicación de La Desherdada (1881) se inicia un cambio en su quehacer novelístico del que toma nota en una carta dirigida a Giner de los Ríos: "inaugurar mi segunda o tercera manera, como se dice de los pintores". Esto se debe a la irrupción de las ideas naturalistas especialmente de Zola. De hecho, en la biblioteca de Galdós ya hay libros de este autor. Entra en la psicología del personaje mediante el monólogo interior.

Sigue a esta obra la publicación de Lo Prohibido (1885), donde se introducen otras características del Naturalismo: la herencia y tara biológica, pero con la influencia del medio.

Después llega Fortunata y Jacinta, que es un análisis sociológico e histórico de gran interés.

1897 fue un año importante, pues se separó de su editor -que resultaba que sisaba-, abrió una propia editorial y fue aceptado en la RAE. En su discurso denunció la decadencia de la burguesía, grupo social que debía haber sido modélico y en que tantas esperanzas había puesto, así como el de la Restauración. Estaba vinculando el referente contextual con la creación artística, pues ya había indicado años antes que la novela partía de la observación de la realidad.

En el mismo año publica Misericordia, reflejo de su desconsuelo ante la España oficial. Su postura política va  yéndose cada vez más a la izquierda. De hecho va a entablar amistad con Pablo Iglesias, fundador del Socialismo. Su literatura ya no tiene a la burguesía como protagonista modélico, sino al proletariado (camino que ya abre Fortunata y Jacinta). Hemos de recordar que esa España oficial está militarizada, gobernada por militares cada vez más conservadores.

Galdós es un autor observador. Eso hace que analice España, pero que le produzca decepción. Eso lo lleva a la denuncia no sólo en la novela, sino también en obras de teatro como Electra (1901), que fue un auténtico escándalo.

Vuelve a ser diputado en 1907, esta vez por el partido republicano. En 1910 será militante del PSOE.

Todo ello hace que en 1912 (ya lo habían hecho en 1905) los conservadores impidan que consiga el Premio Nobel.

Los últimos años los vive en la sombra por la ceguera y por los problemas económicos. Murió el 20 de enero de 1920.




http://www.rtve.es/television/fortunata-jacinta/


Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email

2 comentarios:

  1. Grandísimo autor. Puede que la mejor novela del siglo XIX español sea La Regenta de Clarín, pero como trayectoria, no hay otro igual que Galdós. Además, sirve de ejemplo de injusticia social, negándosele el Nobel por cuestiones políticas. En cuanto a su contenido, siempre destaqué Nazarín, de su última etapa, con la que se puede abrir un debate sobre la interpretación del Evangelio y su supuesto dogmatismo. Lo digo porque hay quien piensa (no voy más allá, hablo de mi propia experiencia, con mis amigos) que el Evangelio sólo tiene una lectura, y es la que dan los "Roucos" de turno. Bueno, ya en el siglo XIX (y siempre, por supuesto), había otras maneras de ver las cosas, más coherentes, desde mi punto de vista.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy contigo, La Regenta está muy bien construida y Clarín presenta un estilo extraordinario, pero es una obra, fantástica, pero una sola obra. En cambio, Galdós, aunque es cierto que no presenta ese esmerado estilo -el dominio de la lengua que tiene Clarín es difícilmente alcanzable- escribe muy buena obras en las que hace lo que a mí me gusta: escribir bien y analizar la sociedad desde diferentes prismas. Uno es el religioso. Él ha visto cómo se comporta esa casta eclesiástica sin fe pero con mucho poder económico, político y social. Los critica de manera feroz. Y me parece muy bien. No ataca la religión, sino a la Iglesia como institución que manipula y se enriquece. Pero describe con cariño a esos párrocos cuya fe lleva a ayudar a la gente. Me parece que hace una clara distinción entre Iglesia y religión; entre los que se aprovechan de la fe para controlar de manera oligárquica economía, política y las mentes de los ciudadanos y los que creen en los postulados morales y los llevan a cabo para mejorar las condiciones de la totalidad de la sociedad. Es muy triste que estemos igual que en la Restauración.

      Eliminar

Se agradecen los comentarios, especialmente para no sentirme como una loca que habla sola. Saludos.